Todo empezó como una propuesta del profe de educación física cuando terminábamos el curso anterior. Una vez que los niños se marcharon a sus casas para disfrutar de sus (merecidas en unos casos y no tanto en otros) vacaciones y nos quedamos en el cole solo los profes y seños con un silencio y una tranquilidad que nunca se respira cuando está lleno de alumnos y de vida.
¿Y qué hacemos nosotros con toda esa calma?
Pues inventamos. Así pues, en junio, se planteó un «oye, ¿qué tal si el año que viene montamos un programa de podcast en el cole? He estado echando un ojo y tenemos un aula libre, tenemos micros, tenemos una mesa de mezclas y yo en casa tengo una pastilla de sonido». Y con todo eso y con ganas, decidimos echar a rodar el proyecto en septiembre. Gracias a nuestras jefas de estudios y directora que nos encontraron una pequeña aula donde poder montar nuestro estudio, oficializándolo Carmen Mari con una llave y su correspondiente etiqueta «Aula de radio», se hizo extensible a todo el claustro para que nos ayudasen a elegir un nombre que nos representase lo máximo posible y para que pudieran disponer de ella como mejor se les ocurriese. El nombre ganador fue ‘Girasoles en el aire’ y, sinceramente, no se nos ocurre un nombre que signifique tanto para la familia nazarena.
Y a ello nos pusimos desde el «Área lingüística de carácter transversal». Así, a los alumnos se les propuso elegir ellos mismos tanto el título como el contenido de su programa de podcast de acuerdo a sus intereses e inquietudes. Y fueron ellos mismos los que propusieron realizar 3 programas, haciéndolos coincidir con cada uno de los trimestres.
El primero de ellos consistió en realizar una serie de preguntas tanto al profesorado como a los alumnos de Primaria y Secundaria sobre qué cambios han notado en el colegio en los últimos años, qué hemos mejorado y qué echan en falta. Fue increíble cómo ellos solitos diseñaron las preguntas a realizar, cómo se repartieron por las distintas clases del cole, cómo se organizaron para poder recopilar toda la información y cómo se sentaron delante de los micros cuando ya estaban preparados. No sabríamos decir si estaban más entusiasmados o nerviosos cuando tuvieron que empezar el podcast: se miraban los unos a los otros y se reían sin parar; cuando parecía que ya estaban tranquilos, se volvían a poner atacados y se trababan; no recordamos la de veces que tuvimos que empezar a grabar esperando a que todos estuviesen listos para ello. No menos interesante fue ver sus caras escuchándose a sí mismos una vez que estaba el programa listo para salir en antena.
Este primer programa no hizo sino animarles a ponerse manos a la obra con el segundo podcast, aunque aquí sí es cierto que hubo poco debate: todos estaban interesantísimos en un podcast sobre la Semana Santa cordobesa. Elaboraron de nuevo las preguntas que realizarían y esta vez, se las harían a las personas que viviesen por nuestro barrio. De nuevo, nos sorprendieron las ganas que le ponían a seleccionar a las personas que ellos creían más idóneas para responder a sus preguntas; cómo corrían de iglesia en iglesia visitando las imágenes y preguntando y haciéndose amigos de las personas que allí se encontraban; o entrevistando incluso a sus propios abuelos que nos encontrábamos por la calle y participaban con una gran sonrisa en nuestro proyecto. Contamos, porque ya éramos mucho más profesionales, con un alumno que nos grabó la base del podcast con su tambor.
Nos quedamos con las ganas de realizar un programa de televisión con el croma verde que también tenemos montado en el aula, pero no nos preocupa en absoluto, porque sabemos que el año que viene inventaremos un proyecto para poder realizar esa espinita que se nos ha quedado clavada. Así que, el equipo Girasoles en el aire, solo os dice un «hasta muy pronto». Agradecer desde aquí a todos los que habéis hecho todo esto posible y no dudar en ningún momento en decir «¡adelante!».
