El equipo docente de nuestro colegio ha comenzado con entusiasmo su formación pastoral, un espacio de crecimiento espiritual y de preparación para transmitir los valores del Evangelio a nuestros alumnos. Este lunes hemos tenido la oportunidad de profundizar en la figura de Moisés, un referente clave en la historia bíblica y un ejemplo de fe y valentía que inspira nuestra labor educativa.
A través del Libro del Éxodo, hemos recordado cómo Moisés, siendo apenas un bebé, fue colocado en una cesta y dejado en las aguas del río Nilo por su madre, quien intentaba salvarlo de un decreto del faraón que condenaba a muerte a los recién nacidos hebreos. La hija del faraón lo encontró y decidió adoptarlo, dándole el nombre de Moisés, que significa «salvado por las aguas».
Curiosamente, de este relato bíblico proviene el nombre con el que hoy conocemos las cestas de mimbre utilizadas para los recién nacidos, conocidas como «moisés». Este tipo de detalles no solo enriquecen nuestra cultura, sino que también nos recuerdan la profunda conexión entre nuestras raíces cristianas y muchos aspectos de nuestra vida cotidiana.
Con estas sesiones de formación, el profesorado refuerza su compromiso de educar no solo en el conocimiento académico, sino también en los valores cristianos que sustentan nuestro proyecto educativo. El aprendizaje continuo de la Biblia y sus enseñanzas nos permite ser testigos activos de la fe, preparados para acompañar a nuestros alumnos en su propio camino espiritual.
