Ayer vivimos una jornada muy especial, llena de fe, amistad y naturaleza.
En medio del apagón eléctrico que afectó a la ciudad, nuestros alumnos disfrutaban ajenos a todo, conectados con lo verdaderamente importante: compartir, convivir y celebrar juntos la Pascua.
Oración, juegos, risas y momentos de reflexión hicieron de esta salida un auténtico regalo para el alma.
Bajo la mirada de la Virgen de Linares, reforzamos los lazos que nos unen como comunidad y recordamos que la luz que realmente importa es la que llevamos dentro.
¡Gracias a todos los que lo hicisteis posible!