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Las matemáticas aparecen en nuestra vida de forma cotidiana, cuando vamos a la compra, cuando queremos consultar la hora, en incluso, para medir o pesar objetos.

¿Qué ocurre entonces con aquellas personas a las que tanto les cuesta aprender las matemáticas?

Podemos decir que, la discalculia es a las matemáticas, como la dislexia al lenguaje. Pero hay que saber diferenciar a las personas que les resultan difíciles las matemáticas, de las que padecen este trastorno o dificultad de aprendizaje.

¿Qué es la discalculia?

Podemos definir la discalculia como la dificultad de aprendizaje de las matemáticas (DAM). Es una condición neurológica que dificulta la comprensión de las matemáticas y las tareas relacionadas con esta materia. Los niños con discalculia confunden números, signos, no son hábiles con el cálculo mental ni con las abstracciones.

La discalculia se refiere a la disfunción en las conexiones neuronales que procesan el lenguaje numérico.

Es raro que sea diagnosticada y que en consecuencia se trate de forma adecuada.

En la mayoría de las ocasiones los niños encuentran grandes dificultades en su etapa escolar, ya que, las matemáticas son una de las áreas más importantes.

No hay solo un tipo de discalculia, sino que existen varios dependiendo de la dificultad que presente: discalculia verbal, pragtosnóstica, léxica, ideognóstica, operacional.

La discalculia presenta varios síntomas que hacen referencia a las habilidades que requieren una buena coordinación temporal y espacial, que va muy unido a la adquisición y uso de las operaciones matemáticas.

Algunos de los síntomas reconocibles de la discalculia son:

  • Dificultad para reconocer el significado de los números.
  • Dificultad para agrupar objetos en cantidades.
  • Escritura incorrecta.
  • Errores de forma.
  • Errores de sonido.
  • Omisiones en series.
  • Ordenar o secuenciar números.
  • Dificultad para reconocer grupos y compararlos usando conceptos relacionados con el tamaño.
  • Dificultad para aprender a contar, emparejar números con cantidades. etc.
  • A medida que avanza el aprendizaje escolar los errores del niño también aumentan.
  • Dificultad para resolver problemas matemáticos sencillos, que implican sumas, restas, multiplicaciones y divisiones.
  • Dificultad para realizar operaciones matemáticas.
  • Dificultad para recordar las tablas de multiplicar, las unidades de medida, etc.
  • Dificultad para realizar series numéricas.
  • Incapacidad o dificultad para escribir de forma correcta los números.
  • Problemas de razonamiento.

También podemos encontrar otros problemas derivados  que acompañan a la discalculia:

  • Tiempo: En ocasiones, pueden presentar dificultad para seguir los horarios.
  • Problemas de coordinación: Un ejemplo sería la capacidad para calcular la distancia entre dos objetos distintos.
  • Dinero: Problemas al pagar una cuenta. Tener conocimiento de cuánto se ha gastado y cuánto dinero queda.
  • Orientación en el espacio: Al no ser capaces de reconocer correctamente los números de los portales a la izquierda y a la derecha.
  • Relaciones sociales: En ocasiones una baja autoestima puede repercutir en las relaciones personales con los demás. Por ejemplo, competir y no ser capaz de llevar un cálculo en los puntos de la competición puede hacer que directamente declinen algunas ofertas.

Varias son las causas posibles según los distintos tipos de discalculia: biológicas, daño cerebral, causas ambientales.

Algunas de las actividades que podemos trabajar con los niños que presentan discalculia son: reparto con ejemplos reales, partición de un número, dominós, cadenas numéricas.

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